miércoles, 15 de junio de 2011

Capítulo I: De los eróticos acontecimientos de la lechuga con cáncer en la lotería nacional (prólogo)

Permitidme grabar en vuestras mentes el craso error que habéis cometido. Durante años he mantenido un comportamiento benévolo, sin embargo, sin provocación, habéis roto la distención existente y me habéis obligado a dar rienda suelta a las llamas vengadoras de un millón de soles. Maldeciréis a vuestras madres por haberos traido al mundo, así que largo, marchaos y comenzad a vivir aterrorizados, sabendo que cuando menos lo esperéis, la espada de Damocles caerá con todo su peso sobre vosotros, abriéndoos en canal, y mientras contempléis las ruinas humeantes de lo que fueron vuestras vidas, OS ARREPENTIRÉIS DEL ACIAGO DÍA QUE CABREASTEIS AL PEZ QUE NO DEBÍAIS.

La tremenda humillación que sufrí aquel día no quedará sin castigo. Mi dolor es el caldero hirviendo de acero fundido que forjará el sable de vuestra defunción. Nadie en el mundo me negará MI VENGANZA.