jueves, 21 de marzo de 2013

Capítulo V: De las aventuras insectívoras del Dr. (III)

4:34 de la mañana. Un calor sofocante pero a la vez reconfortante recorre mi cuerpo. Puede que sea la hora. Puede que sea la época del año. O también el hecho de que esta frazada es puro poliéster, pero es que huele tan bien...

Recapitulemos, las cucarachas tomaron mi vivienda y llegué a un acuerdo con ellas hace más de un año. Tres días después me secuestraron y me torturaron durante meses. Aún no sé qué buscaban, hablaban un idioma un tanto extraño, y yo no hablo cucaracho. Sí, ya sé que es el idioma del futuro, y que debería aprenderlo, pero es que no sé, no me presiones. Me gustaría saber cómo negocié con ellas lo de la marca blanca de insecticida, pero es que aquella época de mi vida la veo ahora mismo un tanto borrosa. El caso es que desde entonces estuve encerrado en un diminuto cubículo de 4,23 metros cuadrados, durante 15 tortuosos meses, escuchando día tras día Purple Rain del artista antes conocido como Prince. Al principio está bien, pero cuando llegas a la septuagésimo segunda reproducción se hace un pelín incómodo. Esas hijas de baba saben cómo hacer esto... Lo que no saben con quién se están metiendo.